Este reportaje lo realicé en Navahermosa de Beas, una pequeña aldea de Huelva.

Recuerdo que tenía muchas ganas de ir al campo, de desconectar, la vida estresante de la ciudad hace difícil tener algo de tiempo de tranquilidad en el que parar y conscientes de lo que nos rodea. Por suerte, encontramos pequeños oasis en los que refugiarnos, para mí, en este caso, fue coger mi cámara y salir a capturar lo que la primavera en el campo me brindaba. 

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Como si de una terapia se tratase, capturar la naturaleza del lugar, su vida, hizo que me sintiera recargado de energía denuevo.