El pueblo de Oliena, en la isla italiana de Cerdeña es una de los pocos lugares en el mundo considerados Blue Zone, una característica que se debe a las buenas condiciones de vida que hay en el lugar y que influye directamente en la longevidad de sus habitantes. 

 

Desafortunadamente, como ocurre en muchos pueblos actualmente, el envejecimiento de la población y la consecuente falta de recursos provocan su lenta caída en el olvido que, en el caso de Oliena, se puede resolver si el pueblo es capaz de aprovechar el turismo de la isla y ofrecer un lugar de interés al que ir. 

 

El proyecto Il Cuore di Oliena, pretende generar un motor económico en el pueblo utilizando una de las riquezas del lugar, su gastronomía, uno de los motivos por los que es considerada Blue Zone; y servirse posteriormente de los recursos generados para progresivamente ir actuando en el casco histórico del pueblo, rehabilitandolo y generando nuevos espacios y servicios. 

 

El desarrollo de Oliena como localidad turística puede salvar este pueblo de su lenta desaparición. Si se consigue que sean los propios vecinos con sus recursos los que aspiren a generar un motor económico para la inversión en el pueblo, la arquitectura habrá sido un éxito.